Tic Tac!


Ya casi llega a nosotros el final del año y con él el 2018. Es muy común que a las puertas de este gran inicio escuchemos superficialmente frases como: "Nuevo año, nueva/o yo" "2018 sorpréndeme" "Que el nuevo año nos trate bien" "Nuevo año, nuevo comenzar" y muchas otras frases que la gente se dice a sí misma  y a otros para motivarse a emprender este nuevo ciclo.   
Todos merecemos que se nos aclare que el año nuevo no va a sorprendernos, que no nos hace personas nuevas y mucho menos mágicamente un simple período de tiempo denominado "año" va a materializar nuestros sueños.
Si bien el año venidero representa una nueva etapa, no significará un cambio al menos que nosotros así lo decidamos.  Todos merecemos que se nos aclare que el año nuevo no va a sorprendernos, que no nos hace personas nuevas y mucho menos mágicamente un simple período de tiempo denominado "año" va a materializar nuestros sueños. Simplemente no es así. Sin embargo, el ser humano es un animal de patrones. ¿A qué me refiero con esto?  Que el simple hecho de comenzar otro año representa para esta compleja y "civilizada" fiera una oportunidad de reinventarse, de plantearse metas, de dejar en el año viejo esas anclas que lo hundían en los diversos aspectos de su vida, de llevar un exhaustivo análisis de las personas que lo rodean y una muy merecida introspección.  Pero esto no va a pasar a menos que lo decidamos.

Si en algún punto leyeron o vieron Alicia en el País de las Maravillas podrán recordar al ilustre Conejo Blanco que repetida y ansiosamente menciona que va tarde. (Si no han tenido el gusto, háganse un favor y léanlo). Este cautivador personaje representa para mí la manifiesta batalla con el tiempo que todos nosotros consciente e inconscientemente libramos cada segundo de nuestras vidas.

Y es que vamos tarde a todo porque no planificamos para nada. Nos ensimismamos en asuntos de poca relevancia porque nos mantienen entretenidos pero no nos hacen felices y perdemos la perspectiva de levantarnos todos los días con ganas de cumplir nuestros sueños, esos motores de vida. Entonces, si queremos llegar a construir un 2018 potente y cargado... ¡¿Qué ***** tenemos que hacer?!


Se resume en esas tres sencillas líneas. Por ahí escuché que para empezar bien hay que terminar bien y estoy tan de acuerdo. Por lo cual he compilado una lista de verdades que debemos aceptar para terminar bien este año y comenzar un 2018 donde nosotros podamos darle forma a las circunstancias y no ellas a nosotros. 

Verdad #1: Necesito organizarme. 

Más allá de la visión y planteamiento de una meta, la organización es la piedra angular de todo cumplimiento. Si no nos organizamos nuestras metas quedarán en un simple anhelo momentáneo. Algo que algún día se quiso. 

Verdad #2: Debo callarme un poco. (no aplica para los introvertidos) 
Tómese un momento para escuchar lo que lo rodea. Cada persona es un mundo y tiene algo que aportarle. Nadie es tan sabio que no tenga nada más que aprender, ni tan desentendido que no pueda enseñar algo.  Somos el resultado de lo que hacemos, a quienes amamos, lo que leemos y escuchamos. Si nos callamos un poquito seguro aprendemos cosas nuevas. 

*para los introvertidos: GRITEN, CANTEN, BAILEN Y HAGAN COSAS QUE LOS ATERRORICEN (con un poquito de cordura)

Verdad #3: El cambio es la vida. 
Una de las leyes de la termodinámica dicta que la energía no puede crearse o destruirse, sólo transformarse. Vivimos en constante cambio y esto es algo muy bueno. Los seres humanos siempre estamos reinventándonos y en consecuencia el mundo siempre está en constante cambio. La vida es como una línea de acciones en Wall Street, hoy se puede estar muy arriba y mañana completamente olvidado. Esto no tiene que atemorizarnos o generarnos ansiedad, debe de alegrarnos y alentarnos  a seguir adelante para explotar al máximo todo el potencial que nos ofrece lo nuevo. 

Espero que en el 2018 podamos perdernos tratando de encontrarnos, encontrarnos y luego reinventarnos. Entender que en la medida en que nos vamos construyendo según nuestros ideales y estándares nos volvemos más genuinos, más nosotros. Ser conscientes de nuestro crecimiento. Empoderarnos de las situaciones y no ellas de nosotros. Enamorarnos locamente de lo que hacemos. Y como diría Jorge Drexler: amar la trama más que el desenlace. 

EC. 

Comments

  1. Excelente escrito Amor, muchas verdades y un gran mensaje para aligerarnos la vida, espero poder seguir leyendote, abrazos

    ReplyDelete
  2. Te felicito eres una gran escritora lo que acabas de plasmar es muy cierto, recuerda que somos seres de energía en cuerpo temporal.

    ReplyDelete

Post a Comment